miércoles, 24 de agosto de 2011

Tal vez, Alicia...(VI)

Llegaron al sendero púrpura que, a su vez, conducia la gran montaña Twinkletoe donde se encontraba la Oruga. El camino se hizo corto debiendo pasar bastantes pruebas en donde la confianza de Alonso iba creciendo y la experiencia del conejo, Felicia y Alicia iban acentuando su posición. En el sendero se encontraban palabras sueltas en bloques grandes que cuando eran pisados se desvanecían en la profundidad. Felicia pisó una palabra "Contenedor"...y no pasó nada. "Pisen aquí!"-exclamó ella. "Ésta es la primera!". El conejo sujetó la mano de Alicia para hacer contrapeso y tan pronto pisó el bloque se hundió hasta no poder verlo más. Alicia sujetó al conejo fuertemente y el conejo brincó hacia atrás para no caer. Furibundo, miró a Felicia que solo atinó a decir "Lo siento..."
El peso del hada no era suficiente para poder mover ni un bloque por lo que cuando ella se paró en uno, éste no cayó, Y así en otro y en otro. éstos no caían. Luego de ver esto Alonso dijo: "No sería más fácil empezxar a tirar piedras para que ver que bloques se hunden?" "Buena idea"-dijo Alicia y empezaron a recolectatr pidras lo suficientemente pesadas. Las palabras "Concreto", "Solución", "Cordura","Simplicidad" y Trópico" se hundieron con el peso de las piedras; las palabras  "Paz", "Unión", "Reto" no lo hicieron. "Paz...unión...reto..."señaló el conejo. Alicia miró detenidamente las palabras y dijo "Púrpura...eso es! La primera letra de la primera palabra es "P", luego "U", luego "R"..."PUR...PURA entienden? Como este camino! Felicia pronto! ve volando un poco más allá, donde nuestra vista no alcanza y dinos si encuentras palabras que empiezen con las letras P y U y R y A!" Mientras volaba Felicia iba gritando..."Pasión", "Unicornio", "Remoto", "Amor". Alicia, que iba atrás de Felicia pero liderando al equipo empezó a pisarlas y éstas no cayeron. Cruzaron uno a uno pisando las palabras que debían sin atropellarse.

Unos metro más allá fumaba su pipa una Oruga que los esperaba.

martes, 23 de agosto de 2011

Quién sabe, Alicia...(VI)

Cuando Alicia despertó miró a su alrededor para estar segura de estar todavía en ese lugar que los cobijaba del mal exterior. “Tomate la primera poción” – dijo Alicia cuando vió a Alonso despierto – “es mejor ahora que vamos a salir”. Ella demostraba seguridad en todo lo que hacía y Alonso la admiraba por eso.
“Cuál? La poción roja? Verde? Cuál? Dime!” – respondió él viendo el contenido de los frascos.
“La primera poción que encontraste; recuerdas cúal era?”
“La azul!” – respondió él y se lo tomó sin prestarle mucha atención al sabor de ésta que era un poco amargo.
“La poción sirve para distraer al enemigo. Ellos te verán como tu quieres que te vean. Es muy poderosa en ese sentido. Si quieres ser un árbol ellos te verán como un árbol pero debes tener cuidado. Los árboles en este mundo caminan…pero no corren. Lo que trato de decirte es que estudies tu entorno, mira como se comportan las cosas y luego toma una desición. La fórmula solo trabajará para ti…a los demás nos pueden ver.”
“Muy bien”-  dijo él.
De repente el hada salió de su bolsillo y se presentó con todos. Les indicó muchas cosas que no conocían sobre el camino y que ella les ayudaría en esta aventura. Su nombre era Felicia. Tenía una hermana que quería ver desde hace mucho tiempo y no se atrevía a deambular sola por allí…ellos la aceptaron aunque Alicia dudó por un momento.
El conejo vió su reloj-mapa y exclamó:” Listos? Todos al sendero púrpura que nos llevará hacia Twinkletoe para poder hablar con la oruga. Él sabrá como dirigirmos correctamente hacia donde habita el sombrerero y así poder vencerlo.
Cetro en mano, Alicia lideró la salida de sus compañeros hacia un lugar oscuro y hostil en donde les esperaban situaciones que tendrían nefastas consecuencias en este mundo.


“Cuidado arriba!” gritó el conejo. En el horizonte se acercaron dos Kepteks volando feroces hacia ellos tan pronto se retiraron del cristal que los cobijaba. Alonso se asustó y se paralizó…de pronto sintió la mano de Alicia que le dijo “corre!” y el empezó a moverse con ellos buscando un lugar en donde esconderse.
“Pronto! Conviértete en algo para que no te vean y mantente al margen de la pelea por ahora!” dijo ella. Alonso empezó a mirar todo lo que ocurria alrededor de él y decidió que para los kepteks no habría otra solución que convertirse en una roca. Alicia estiró la mano con el cetro y atacó a cada uno con electricidad. Los kepteks se retiraron tan pronto empezó la pelea.
“Bien!” –dijo el hada- “Buen muchacho!---estás bien?”
Alonso solo la miró y le dijo que sí, que se había asustado mucho pero que estaba muy bien.
Alicia miró a Alonso con una pequeña sonrisa y le dijo “Sabía que podrías.”
El sonrió de oreja a oreja e inflando el pecho. Todos rieron excepto el conejo que dijo: “Pronto! A la montaña más cercana! Esto no ha terminado!”
Echaron a correr tan rápido como pudieron mientras el hada les colocó un hechizo pequeño que los hacia casi invisibles por el resto del camino hacia el segundo cobijo en este extraño lugar.

martes, 16 de agosto de 2011

Quién sabe, Alicia...(V)

“Así que ha retornado” – dijo él sin inmutarse – “Era de esperarse…”.
“Y no está sola. Ha venido con alguien más. Por lo poco que he visto se han refugiado quién sabe dónde, y supongo que están preparando el arsenal. Debemos tener cuidado con el muchacho. Es nuevo y propenso a ser muy creativo…” – dijo Carta roja.
“Lo sé. Aunque ella me preocupa más. Espero que la encontremos pronto; no en vano hemos creado este mundo de esta manera. Nadie mueve mi mundo sin mi consentimiento.”
“Ha venido a buscarme. Lo sé. Lo siento. Querrá alguna explicación. Va a recibir mucho más que eso. Carta Roja! Prepara a los soldados y una taza de té. Manda a la taza a investigar y a los soldados a tomar cartas en el asunto. O al revés. Pero quiero información pronto. Y desenpolva mi sombrero que hace frío y tengo varias ideas que no quiero que se escapen para esta noche.”
Carta roja se retiró del salón tan pronto como llegó y mientras se alejaba del pasillo un hada lo siguió en silencio.

viernes, 5 de agosto de 2011

Quién sabe, Alicia...(IV)

“Bienvenidos…” -se materializó un gato gordo-  “Alicia, querida Alicia después de tanto tiempo…”. Ella hizo un ademán de saludo y el gato respondió bajando la cabeza. Luego miró hacia mi lado y me dijo: “Hola pequeño…y tu nombre es…?”
“Soy Alonso. Mi nombre significa nobleza y preparación. Primo de Alicia desde muy niño…es un gusto.” Ellos rieron de manera bondadosa y me sentí bien alrededor de estos personajes medio raros. El gato nos dio de beber una taza de té y nos contó que era lo que nos esperaba pronto.
“Bien. Las cosas han cambiado mucho desde que te fuiste. Tal vez demasiado desde la muerte de la reina. Cuando la aniquilamos nunca pensamos un futuro tan oscuro. Pero la reina blanca sedució al sombrerero desde que te fuiste y él hace todo lo que ella le indica. Al no haber maldad en estas tierras, la necesidad de un balance obligo a la reina blanca en convertirse en su propia enemiga y para eso reclutó a nuestro mejor amigo que se dejó llevar por su encanto. Tratamos de contactarte antes de que fuera tarde pero parecías perdida…”
“Lo estaba” – contestó Alicia –“Y me imaginé algo como esto. Por eso me deprimía y terminé en un asilo mental…estaba muy frustrada y no podía salir…y ahora esto. No es justo. Cómo está él? Ha pasado tanto tiempo pero igual lo recuerdo perfectamente. También era mi amigo.” El gato y el conejo se miraron y el gato desapareció. El conejo se acercó a Alicia y le dijo: “Lo hemos perdido. Hace mucho tiempo. No parece reconocer nuestra amistad. Y nos busca siempre. Si nos encuentra…” Luego se asustó y me miró y nos dijo: “Por eso necesitamos su ayuda!” Ustedes son los únicos que pueden ayudarnos a desbalancear el balance porque mi reloj marca ya las 4! Estamos tarde! Estamos temprano! Corramos hacia todo! Refugio en otro lado! REFUG…”
Alicia abrazó al conejo y éste se calmó. “Todo va a estar bien” -dijo ella. “Tranquilo. Debemos trabajar juntos y eso es lo que haremos. Pero, ¿cómo podemos ubicarlo?”
El conejo dio un brinco y dijo: “Yo sé! Yo sé! Pero el camino es difícil porque está bien resguardado y se presentan las cosas más inverosímiles…pero te ayudaré igual. Es mi deber de conejo!”.
“Yo también!” –dije yo. Ella sonrió.
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En el cristal donde nos escondimos habían todo tipo de cosas. Cartas gigantes rotas, flechas, arcos, almohadas hechas de hojas de parra, pociones, relojes que cantaban la hora al revés, y casas de muñeca. De repente, de una de éstas salió una especie de hada que iluminaba el refugio mientras todos dormían…me miró y me dijo “Llévame contigo pero no le digas a nadie”. Yo me asusté. Inmediatamente fue volando donde dormía Alicia, la vió bien y luego regresó hacia mí. “No tengas miedo solo llévame contigo a la hora de marchar.” Yo no contesté nada pero me fui durmiendo y el hada se metió en un pequeño bolsillo de mi camisa y descansó su luz sobre mis sueños.


martes, 2 de agosto de 2011

Quién sabe, Alicia...(III)

“Aquí fue” – dijo ella. “Lo recuerdo bien.” El conejo olfateó el lugar y miró compulsivamente su reloj. “Así es.” Dijo él. “Aquí murió la reina”. Yo no entendía bien de quién hablaban pero me aferraba a la falda de Alicia.
“Debemos desenterrarla ahora.” Yo la miré petrificado y ella me decía que confíe. “Te explico lo que pasó paso a paso…Yo caí por un hueco hace muchos años y luego crecí un poco más y regresé para vivir otra aventura más…cuando regresé a nuestro mundo real pensaron que estaba loca y que no podía hilar palabras ni actos. Me metieron en un manicomio en donde sufrí lo impensable. Todo por que los demás no entendían qué me pasaba, se asustaron y me castigaron por 2 años. El abuelo, astuto, había escondido el libro y tú lo encontraste…pura coincidencia? No lo creo. Ahora debemos empezar por donde terminó mi última aventura…con la muerte de la reina que reinaba con tiranía en estas tierras hermosas….me ayudarás?
Dije que sí. Que le iba a decir?
Desenterramos un cuerpo con un vestido gracioso y pronto Alicia halló lo que buscaba. Un cetro. De pronto volvió el color a sus mejillas, ese color precioso que tanto me encantaba y hasta me regaló una sonrisa y un beso mágico en la frente y yo sonreí. El conejo nos dijo: “Pronto. Pronto. Escondámonos. Están cerca…”
Yo ya ni pregunté quién estaba cerca. Solamenter asumí que en algún momento Alicia me lo iba a decir todo, cuando en realidad podamos descansar. Por el momento a seguir corriendo.

Llegamos a un llano entre verde y rojo por el fuego que lo consumía. De pronto Alicia se puso muy triste y me indicó que revisara mis bolsillos en busca de algo inusual. Cuando así lo hice me di cuenta que tenía 3 frascos con brebajes de diferentes colores; uno azul, otro verde y otro rojo. Me dijo que los cuidará porque me ayudarían en el camino. Acto seguido ella se revisó los bolsillos y encontró un pequeño libro de adivinanzas, hilo y aguja y un papel con un dibujo raro. Los guardó como si supiera qué hacer con ellos y me dijo que no haga nada hasta que ella me indicase como actuar. El conejo halló un refugio y dijo: “Allí podremos descansar por el momento lejos de la Legión de los NoNatos y les podré contar que es lo que debemos hacer ahora. El gato nos espera con una de sus entretenidas historias y quién sabe, quiera ayudarnos otra vez.
Corrí maravillado por la atmósfera que se creaba arriba, debajo, al costado mío por cada paso como si mi mente pudiera estar creando estas cosas y empecé a disfrutar esto un poco la verdad. Llegamos al refugio que nos cobijaba como un cristal en donde puedes esconderte sin que te pase nada afuera y puedas descansar un poquito de todo el paisaje y el terror que sucedía afuera. El conejo vociferó “erba aroha” y el cristal abrió una compuerta. Al correr por el borde casi caigo pero Alicia cogió de mi brazo fuertemente y me hizo retomar el equilibrio.
En la puerta unos ojos y una sonrisa se dibujaron.