Para nadie es algo nuevo que la semana anterior DC Comics decidió matar al sidekick favorito de todos los tiempos, encarnado esta vez por Damian Wayne, hijo de Bruce. Si bien Grant Morrison (escritor de la serie Batman Inc.) explicó que tenía en mente desde un inicio la muerte de este iracundo personaje (que el mismo creo algunos años atrás), a muchos no les ha caído en gracia la noticia. La explicación del fallecimiento se las dejo a aquellos coleccionistas y blogs verdaderos dedicados al personaje encapotado. Lo único que puedo decir a título personal es que la muerte de Damian me sabe muy mal teniendo en cuenta que en el número 666 de la serie regular de Batman (antes del reboot de hace un par de años) era el propio Damian quien vencía a aquellos malvados en una ciudad y sociedad post apocalíptica enfundado esta vez en el mejor traje que a Batman se le ha podido crear (hasta ahora no existe un muñeco con este traje dicho sea de paso) y con varios años más. Un brillante número que se borra totalmente de la continuidad para darle paso a la muerte de este muchacho. Pero como lógicamente una muerte no es una verdadera muerte en los cómics, y siendo éste hijo de Talia Al Ghul con Bruce Wayne, es muy posible que sea revivido por el lazarus Pit en un futuro no muy lejano. Esto me sabe muy mal también ya que lo han hecho anteriormente con Robin cuando el traje era llevado por Jason Todd (el segundo Robin). R.I.P Robin, al menos, por el momento.
Una lástima matar al mejor Robin que ha habido desde que Dick Grayson dejara el traje para convertirse en Nightwing. Lo que es inminente y doy por sentado es que Batman volverá a ser un personaje sombrío y más oscuro como lo vimos en los números posteriores a la muerte de Jason Todd 25 años atrás. Todo se repite, todo se transforma y muta pero siempre se llega a lo mismo escrito y dibujado de diferente manera.
Tenemos que en Batman 440 (el primer número del arco “A lonely place of dying”) los absolutamente geniales Jim Aparo y George Pérez, acompañados del combo magistral de Starlin y De Carlo, nos introducen en la faceta más oscura de nuestro encapuchado favorito – sobre todo cuando en la cabeza de Bruce se repite la voz de Alfred cuando le dice “Think with your head, not with your fists!” (piensa con la cabeza no con los puños!). Uno de los números inolvidables en la saga de Batman. Viene a colación este número por los estragos que tiene la muerte de Robin en la capacidad de actuar del encapotado. Esta saga de 1988 te hace sentir que Batman funciona al 100% siempre y cuando tenga a Robin cuidándole las espaldas.
Démosle tiempo al tiempo y esperemos que la resolución de la muerte de Damian no sea un rehash de una historia escrita 25 años atrás.