Existió no hace mucho un mundo en donde todos soñaban con un futuro increible. De gente luchadora con fuerza y juventud que muchos envidian hoy, conquistadores de un mundo con computadoras de 1024kb y faxes de 17 minutos por hoja; de calculadoras con manija y carros sin cd´s o mp3. Que se debatían entre el sonido cuadrafónico o HI-fi para el tornamesa y que bailaban en fiestas con banda en vivo en vez de Dj´s. Gente que trabajaba y que saboreaba el triunfo de comprarse esos zapatos nuevos que todos en la oficina querían tener, que viajaban a Miami como todo un logro de vida, que les daban una moneda como propina a sus hijos para toda la semana, que leían desde “Caretas”, hasta “Oiga” y “Gente” (las mujeres “tv y novelas” por supuesto) y que caminaban por el jirón de la Unión sin más preocupación que la de llegar a tiempo al trabajo y poder salir a la hora de almuerzo a almorzar en los buenos restaurantes como el “Bolivar” o el restaurant del “Sheraton”.
Personas con ideales y buenos modales, con teléfonos de 5 números solamente, y que aún así podían cerrar los mejores tratos con proveedores y clientes en las horas adecuadas, gente que trabajaba de día en el trabajo y en la tarde compartía con la familia. Gente de Oeschle, Tía, Monterrey y tantas cosas más que no recuerdo…lo que si sé es que esa gente que nos crió, que puso el mejor futuro en nuestras manos para que nosotros sigamos corriendo con la antorcha y que no se apague, que nos entrenó para ser justos y solidarios quiere ver los frutos de su trabajo con un simple gesto en nuestra cara; el de la sonrisa, el agradecimiento infinito, el abrazo fuerte y la alegría sincera de saber que nosotros haremos y estamos haciendo lo mismo con nuestros hijos.
En una época un poco diferente, los ideales del ser humano deberían ser los mismos. Una mejor actuación, una mejor performance, un sueño que se materialice y una verdad pasada de generación en generación. Mientras el mundo se debate entre la guerra, la codicia, la desidia todavía existe gente que camina por la ciudad conversando de las buenas épocas que vivieron y que lo mejor está siempre por llegar y viven felices y comen bien y cuidan a su familia y crecen hasta cuando se jubilan porque la búsqueda de un mañana mejor no muere ni en ellos y mucho menos debería morir en la nueva guardia.
Aquí en este mundo del hoy y ahora todavía existen algunos de estos héroes que nos enseñan día a día a enmendar errores, a comunicarnos mejor, a ser mejores personas y a creer en el prójimo... 2 de ellos son mis papás. Y orgullosos estamos todos mis hermanos y yo de ellos.
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