Ante la duda, me decidí a agarrar
lapicero y papel (jamás le envíes una carta escrita en computadora que ni las
usa!) y, sin saber qué decirle, empecé a ensayar esas palabras que no recordaba
como dibujar una por una (la jota es con un punto arriba o con línea?) a ver
que pasaba luego, qué sucedía. Porque no era, en mi caso, poca cosa escribirle
a este hombre, qué va, si es una gran fuente de inspiración en todo lo que
quise ser como ser humano y mientras más curiosidad sentía sobre este tipo y su
manera de pensar y vivir, y más leía en foros (que era un excéntrico millonario,
que nunca respondía nada, que seguía trabajando en las oficinas chicas y sucias
de una calle neoyorkina desde hace más de 50 años, que se levantaba del
escritorio sólo para recoger correspondencia y recibir, entre ellas, cheques de
hasta 800 000 dólares que ni usaba, que si lo veían en la calle ni siquiera
sabrían quién es ya que no existe un archivo fotográfico de su cara más que la
que se tomó en los 50´s para el Yearbook porque era una obligación)….mito y
leyenda juntas y yo tenía que intentarlo.
Calculé vagamente que estaría ya
bordeando 95 años y que tal vez no se detendría a responder cualquier misiva
porque, vamos, a esa edad uno supone que el día pasa lento cuando no hay nada
que hacer pero investigando un poco más, todavía sigue activo y dibuja para
publicaciones americanas lo que hacía de mis esperanzas de un par de líneas
escritas a mano una muy lejano sueño.
Huraño, extraño, con los pies
bien puestos en la tierra y sin ninguna ínfula de superioridad, Steve Ditko
todavía camina las calles de Nueva York y va a trabajar como lo hace hace más
de 70 años con la seriedad y humildad que lo caracteriza. Flashes no por favor.
Entrevistas, muchas menos, no existen. Un raro caso para quien es el verdadero
creador de aquél superhéroe que adorna las casas, que vive en cómics, películas,
polos y demás parafernalia hasta el día de hoy e ilumina las mentes de millones
de seguidores en el mundo entero.
Así que nada, igual, a escribirle
bajo ciertas reglas que se debían cumplir dadas por aquellos que habrían
recibido una carta de puño y letra de esta leyenda viviente. Nada de
computadoras, no sabe qué cosa es un celular, no tiene facebook y sigue
utilizando un teléfono de discado en su mesa: Mr. Ditko vive como si el mundo no
hubiera cambiado en los últimos 50 años, y, por qué no? Se le oyó decir alguna
vez que el artista debe ser reconocido por el arte que produce…la persona, o el
alter ego, es sólo piel y hueso y eso morirá alguna vez. El arte habla por sí
mismo. Así que vive como quieras.
En la misiva que le envíe le
pregunté tantas cosas sobre la vida, los giros que ésta había tenido en base a
las decisiones que tomé y mucho más. Esperé varias semanas en una época en
donde la respuesta es inmediata vía un whatsapp o una red social y lo más
difícil del mundo es tener que esperar. Tal vez haya un aire de júbilo y
regocijo en su interior, al saber que la respuesta debe esperar el tiempo que
él lo decida. Pero recibí la respuesta, escueta, por supuesto, del gran Steve
Ditko y no podía creer que efectivamente, todo era en puño y letra, hasta su
firma.
Gracias Steve, habemos algunos
que todavía creemos en ti, en tu manera de vivir y pensar y en que Peter Benjamin
Parker sin Steve Ditko, no podría haber sido nunca The Amazing Spider-man.
Y mi hijo no podría haberse
llamado Benjamín sin tu pluma dibujando a aquel ser arácnido que aún está
enquistado en mi corazón.