miércoles, 12 de enero de 2022

Cómo no....

Regresé a casa un poco más feliz que de costumbre...una nueva canción, un destino nuevo, una buena noticia, una revista de entre tantas que no he leído. Pan, cuatro ruedas y una casita con televisor. Unos apuntes bajo el tintero, una colección de historietas dormidas por el momento, una guitarra bien afinada, una mente que no para y un peque;o sitio para escribir. una familia pequeña pero inmensa, alguien a quien decirle "buenas noches", un pequeño que empieza a descubrir el mundo su manera, una vecina que parece que quiere que el mundo la escuche cada vez que se ríe a pleno pulmón, mis padres y hermanos, de todas las religiones y en todos lados, un inhalador lleno y un vaso con algo más dulce que el agua. Un lugar ordenado, una idea inconclusa, unos viejos trastes que no sé cuando usaré, un par de zapatillas viejas y el acercamiento a un amigo que nunca se fué. Mis canas se hacen más largas cada día, el pelo se cae a raudales y la sonrisa siempre a flor de piel ante lo nuevo, el jardín que crece en silencio, la luz apagada, un silencio que me abraza y que siempre es bienvenido y una máscara en la entrada. llego agradecido a la edad que tengo. Pero puedo hacer más, mucho más. Quiero hacer más, mucho más. A mí, eso del baile no me representa pero si me das una guitarra tal vez pueda hacer sonar algún acorde que viene desde el alma y se transforma con la práctica, en la seciuencia perfecta para poder ba;ar de lírica algún sentimiento. He aprendido a disfrutar todo. Hasta lo que no tengo, pero que tendré. Salud con un vaso invisible lleno de alcohol que no bebo. Salud por tí si hoy eres feliz. Salud por mí porque hoy soy feliz.

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