En la tierra de nadie (1890):
Nadie sabe si en realidad existieron como ahora los conocemos por los libros antiguos pero la historia me la contó un viejo cowboy que coleccionaba artículos de los “cuatro jinetes del apocalipsis” como le gustaba llamarles y la recuerdo mas o menos así…
En épocas sin ley ni orden, existía una taberna en donde se juntaban por las noches 4 fugitivos para poder saldar cuentas con los lugareños y escribir su propia historia mediante un medio bastante utilizado: la música, ya que nadie leía por ese entonces lo suficiente (igual que ahora la verdad).
El lugar era frecuentado por todo tipo de personajes pero los mas reconocidos eran siempre Calan “Slow” Marr, (sus affaires eran harto conocidos con las pueblerinas que después inmortalizaba en esculturas que les regalaba en su partida), Vicho “Lazy eye” Muñoz (a quien la gente respetaba por el buen corazón pero también temía por la velocidad del revolver y su pasión por el buen cigarro) Che “Kid” Fernández (que era muy famoso por su velocidad con las armas de corto alcance a pesar de estar constantemente ebrio aunque lúcido a la hora de escribir hazañas en canciones) y , como no, Pepino “Deadshot” Marr (quien tenía como hobby favorito coleccionar los mejores tragos de la región y hacía un bloody mary con sangre de verdad cuenta la leyenda)….
La banda no se creo para robar o delinquir. Se creo para ayudar a los pueblerinos y cantar heroicas canciones de los triunfos y derrotas en las presentaciones nocturnas en donde la cerveza y el can can se podían observar por todos lados. La gente estaba feliz de tener protectores justos fuera de la ley y con una habilidad innata tanto en las pistolas como en instrumentos musicales de la época.
Cruzaban pueblos, ayudaban a los desprotegidos, tocaban en todos los bares y eran muy grandes aficionados al juego de cartas. Asi nacieron, sin quererlo, los “Casino Rockets”…lo más insólito es que nunca dieron una sola entrevista por lo que la leyenda, con el paso de los años se hizo mas grande y popular.
Muchos de sus temas fueron grabados posteriormente por artistas que los admiraban alcanzando fama mundial. Pero la música fue solo el 50% de su gran historia. Aún recuerdo cuando era niño y los discos no paraban de sonar en mi tornamesa mientras leía y releía todos aquellos libros que posteriormente pude adquirir.
Aún hoy, a mis 40 años, son los libros y discos que encuentras en mi cabecera.
EL AUTOR
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