Apotéosico, fantástico y fenomenal son palabras harto usadas en nuestro vocabulario cuando algo nos ha extasiado sobremanera; pero no pueden utilizarse en el contexto cultural de lo ocurrido la noche del 9 de mayo del 2011 en el estadio monumental. Y es que Paul salió con toda la energía, disposición y experiencia que hacen que sea uno de mis 4 músicos favoritos de toda la historia de la música popular contemporánea. Aguantar las lágrimas habría sido un crimen y en el primer acorde de “Hello, Goodbye” y ante un tiempo que parecía eterno y pasando en slow motion sobre mi; me deje llevar por el recuerdo de John, Paul, George y Ringo al cerrar los ojos. Las lágrimas, como indiqué, solamente fluyeron al compás de muchas de mis canciones favoritas en toda la historia. Esto, por supuesto, no impresiona a quienes en realidad me conocen, a tal punto que el teléfono no dejaba de sonar pero era ilógico contestar. El sublime encanto de la noche recién empezaba y mi hermano, en vez de apuntar la cámara ante el espectáculo, trataba de sacar una fotografía mía…”mierda…para el recuerdo.”
Estar en primera fila no fue suficiente; tenía que hacer contacto visual, tenía que verme el viejo Paul porque carajo no por tantos años he seguido y estudiado su fraseo en el bajo y la modulación de su voz y cualquier característica que aún me hace soñar despierto. Hasta que lo señalé y me señaló como los grandes y viejos amigos que nunca hemos sido y yo volaba en las nubes, en sus nubes, con sus acordes y sentimientos con un “Here, Today” y un “Something” que no piensan morir nunca en el consciente colectivo. Trece horas de cola, décadas de espera, dolor de espalda… todo vale y lo volvería a hacer porque no hay droga que me pueda extasiar ni llevar a las más altas cimas del paroxismo como escuchar a Paul cantarnos una noche más “Yesterday”. Y fue exactamente yesterday que lo vimos y ojalá nos veamos una próxima vez pero como Ringo dijo y John inmortalizó en REVOLVER…”Tomorrow Never Knows”, aunque aquí tienes a tu viejo amigo fiel (por más que nos hayamos peleado más de una vez en tu carrera musical) esperando compartir una canción mas cuando y si decides regresar.
Tienes razón mi estimado chato. Crimen hubiera sido no botar ni una lágrima en este concierto. Eso es lo fantástico de la música, que nos hace aflorar los mas ocultos sentimientos, del amor que se fue, de esas mañanas de sábado viendo los cartoons de los Beatles, del aprendizaje musical rodeados de toda la mierda radial actual, de poder llevar a mis viejos y verlos bailar al compás de "And I love her" como si tuvieran 20 años otra vez...
ResponderEliminarPaul y sus otros 3 hermanos, por esos y otros motivos, seguirán reinando en el subconsciente musical de millones de humanos.
Larga vida a Paul. Larga vida a The Beatles. Larga vida a la música.
Bien ahí mi querido Halls, que feeling de reseña carajo y que suerte de hacer tremendo contacto con nuestro genio viviente! salud!!
ResponderEliminarDaniel "Skull" Acevedo